Mejorar en la calle: mejorar como sociedad

Cada vez que salimos a la calle nos encontramos con un problema: ese que viene ahí “a todo lo que da”. Bueno, varios problemas: también está ese otro que se estaciona en cualquier parte, y el de la moto que se pasa los semáforos en rojo. ¡Cuidado no lo choques! La culpa es tuya porque manejas el auto y las leyes “siempre están en tu contra”. ¡Igual que con los peatones! Que se nos cruzan por adelante del auto todo el tiempo, o peor: ¡por el medio de la calle!.

Tránsito en la ciudad: la calle Corrientes por la tarde.
Image by Stella Giordano from Pixabay
Este artículo está escrito con la sociedad en que crecimos los autores en mente: la argentina. Si bien contiene lenguaje y terminología propia del lugar, no está limitada a ella.

 

La sociedad

Raro, ¿no? Es decir, la manera de pensar es extraña: cualquiera que lea esto estando tranquilo se va a preguntar de dónde nace esa ira contra el prójimo, y más aún, probablemente se cuestione qué tiene que ver el peatón en todo esto. Es obvio que tiene prioridad, y quien conduce debe frenar para dejarlo pasar. Incluso nosotros lo decimos cuando nos preguntan, ¿y por qué nunca le damos prioridad? o peor, ¿por qué lo insultamos si no nos agradece por haberlo dejado pasar?

Los argentinos sabemos que “acá no funciona así“. Estamos todos de acuerdo que el otro tiene prioridad, pero si freno el de atrás seguro me choca, bocinea o insulta.

 

Los números de la calle

Veamos las estadísticas, “los números”, alrededor de esta problemática, que no nos dejan mentir. En particular, vamos a ver los últimos informes del Ministerio de Transporte y del Ministerio de Seguridad.

Si leemos el informe de siniestralidad vial fatal del 2022 vamos a notar rápidamente que por día mueren 10 personas en accidentes de tránsito. Curiosamente, la mayoría son hombres (76%), y tienen entre 15 y 34 años. Comparándolo con los homicidios en el mismo período, por día mueren 5 personas^[Se consideran solamente homicidios dolosos.]. La mitad. Nuevamente, en la vía pública^[Hacemos la distinción para que la comparación sea coherente con la de siniestralidad vial. En total, las víctimas del sexo masculino son el 82,3% y las del femenino 17,7%, este último teniendo la mayor tasa dentro de su domicilio particular (57,6%)] , la mayoría son hombres (91%) entre los 15 y 34 años.

¿No les parece loco que como sociedad nos preocupe muchísimo más que maten de un tiro a morir en un choque siendo que esto último es mucho más probable?

En Buenos Aires, todos salimos a la calle y escuchamos a un familiar, amigo o compañero diciéndonos “cuidate“, y sabemos qué significa: “tené cuidado que hoy en día te matan para robarte el celular”. Pero esto pocas veces nos lo dicen cuando vamos a manejar, y cuando lo hacen, la connotación es para “cuidarnos de que nos choquen y haya que arreglar el auto“.

Como padres le enseñamos a nuestros hijos a tener cuidado al cruzar la calle, pero luego cruzamos por la mitad de la avenida, sin respetar la senda peatonal (y, a veces, tampoco el semáforo).

Nosotros, y el resto

José Nesis argumenta que en el robo u homicidio existe un beneficiario (quien comete el delito) que obtiene, o busca obtener, algo a cambio de su acción. En cambio, en un siniestro vial este rol es inexistente. Nadie se beneficia de chocar a 130 km/h en la autopista, o de ser atropellado mientras cruza la calle porque el conductor iba con el celular y no reaccinó a tiempo.

Si nadie se beneficia, ¿por qué hay tantos siniestros? ¿qué podemos hacer para empezar a cambiarlo? ¿alguien ya empezó a hacer algo?

La primer pregunta se la dejamos a los psicólogos y sociólogos. La segunda, la respondemos acá:

Dejar el celular mientras manejamos

Tan simple como suena: lo bloqueamos y lo hacemos a un lado.

¡Pero tengo que atender! Frená y atendé. Lo importante es la primera acción, frenar.

¡Pero eso de frenar me saca mucho tiempo! Entonces dejalo sonar, total vas a llegar en 15 minutos a tu destino. Cuando llegas, devolvés el llamado.

¡Es importante! Entonces vas a querer prestar atención, y para ello, tenés que frenar. Manejar, prestar atención y hablar por teléfono se llevan mal entre sí.

Cero alcohol al manejar

Lo escuchamos tantas veces que ya hasta nos parece trivial. Sin embargo, junto al uso del celular, sigue siendo una de las mayores causas de accidentes de tránsito.

Hoy en día tenemos a nuestra disposición muchas maneras de volver a casa si tomamos alcohol: taxi, transporte público, o cualquier plataforma de transporte semi-público.

Hacerle mantenimiento al vehículo

Siempre nos olvidamos, siempre nos da fiaca, pero un auto o camión que se rompe en medio de la calle siempre es un problema para nuestro bolsillo y para la seguridad. Tenerlo en buenas condiciones es de suma importancia.

 ¡Ya hago todo eso!

¡Fantástico! Sos de las pocas personas que cumplen con todo lo que mencionamos anteriormente. Y tus amigos, ¿también lo hacen? ¿tus familiares? ¿la flota de choferes que tenés a cargo?

Podés ayudarlos a tomar conciencia: reenviales este artículo, compartiles la charla de José Nesis sobre este mismo tema, y agendate una llamada con Woocar para comenzar a concientizar a tu flota mediante su aplicación de telemetría, sus capacitaciones con simuladores de conducción, y sus checklists y recordatorios de mantenimiento para vehículos.

Fuentes

Este artículo está inspirado en la charla En el país de los piolas de José Nesis.

Informe de siniestralidad vial fatal: Año 2022 – Datos preliminares de la Dirección de Estadística Vial – Febrero 2023

Sistema de Alerta Temprana: Homicidios Dolosos – República Argentina 2022  

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